El trabajo de investigación sobre las prácticas sociales del
lenguaje en pueblos indígenas abre desde el inicio un planteamiento ético
en donde se tiene que reconocer que el término investigación está
asociado a una serie de prácticas colonialistas que desde siglos atrás se han
realizado sin tomar en cuenta los valores y la cosmovisión de los pueblos
indígenas. Por tal razón, los testimonios muestran que existe una memoria
colectiva de agravio y ultraje relacionada con las formas de investigar que se
han realizado por la academia. Como lo plantea Linda Tuhiwai Smith
(1999):
“La manera en que la investigación científica
esta relacionada con los peores excesos del colonialismo permanece como una
historia que es recordada poderosamente por muchos de los pueblos colonizados
en el mundo entero. Es una historia que todavía ofende el más profundo
sentido de nuestra humanidad. Nos hiere que los intelectuales e
investigadores occidentales asuman que conocen todo lo que es posible conocer
de nosotros, basados únicamente en encuentros fugaces con algunos de
nosotros. Nos horroriza que el Occidente pueda desear, extraer, y
reclamar la propiedad de nuestros modos de conocimiento, nuestras imágenes, las
cosas que creamos y producimos y a la vez rechacen a aquellos que han creado y
desarrollado esas ideas y les nieguen la oportunidad de ser los creadores de su
propia cultura y sus propias naciones”.
La mercantilización de los datos, la
transgresión de los protocolos culturales y la negación de sus valores, son tan
sólo algunos de los aspectos asociados a esta práctica. La mayoría de las
veces se trata meramente de la extracción de información en donde no existe una
escucha real de lo que a la persona le interesa o quiere decir, pero también se
pueden encontrar prácticas en las que hay una total desconsideración de lo que
puede ser importante para dichos pueblos.
Esta memoria colectiva se evidenció durante
la investigación que realizaron los maestros en sus comunidades de
origen: las comunidades recuerdan y registran experiencias de agravio de forma
reiterativa. Los maestros relacionaban este hecho con la primera reacción que
tuvieron los pobladores de las comunidades a las que visitaron, cuando les
pedían que les compartieran sus conocimientos y que revelaba una actitud de
desconfianza.
Los testimonios de los maestros del
diplomado, así como aquellos de los maestros inscritos en instituciones de
educación superior pueden consultarse en la página: “Experiencia de maestros indígenas en Instituciones de educación
superior”